Crear una Empresa avanzada

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Tabla de contenido

En el año 2015, Satoshi Nakamoto fue el ganador del Premio a la Innovación de The Economist en su categoría especial «Sin Límites» por su invención que según Wikipedia “Eliminaría la necesidad de terceros de confianza como los bancos centrales en la transmisión de dinero, podría reducir el coste de tarjetas de crédito y otras tarifas en las transacciones, y atraer a quienes defienden la privacidad”

¿Qué quién es? Investigue en las redes sociales porque tiene mucho que ver con el tipo de empresa que debemos construir y que irremediablemente estará presente en las expectativas de las futuras generaciones.

Aportaciones del internet 3.0 a la empresa

Los progresos en internet y en el hardware no pasan desapercibidos para nadie. En una Europa con 1.1 móviles por persona con más de 75.000 reuniones virtuales al día no cabe duda que el mundo de laboral está evolucionando. ¿Es por convicción? ¿es por el efecto arrastre? Concibo un mundo empresarial influenciado por múltiples sectores. No podemos entender una organización económica solo en su entorno económico. Sería como comprender un esqueleto sólo observando sus huesos sin el lugar que ocupan en el cuerpo.

Y si un sector está envolviendo a la fuerza del trabajo es el nuevo internet; lo que algunos llaman el internet web3.0. No seré preciso en estos términos. Trato simplemente de transferir estos nuevos haces de luz a su entorno: el de la organización del trabajo, el de su empresa.

¿Qué es una Empresa Avanzada?

Aquella que genera prosperidad, rentabilidad de sus activos a largo plazo. Aquella organización viva adaptativa. Que tiene entre sus filas seguidores de un propósito más o menos estimulante.

Una empresa avanzada está avanzada en su tiempo. Sin temores a innovar, a probar y equivocarse.

Es una organización que pone la verdad por delante. Midiendo, compartiendo y virando el rumbo cuando corresponde. Porque los datos hablan.

La red del Meta verso de ahora nos da mucha información de cómo podemos mejorar nuestras empresas. Detrás hay y habrá seres humanos (eso espero). Con lo que el componente ético estará más presente que nunca.

Fíjese como la red aprende sola. Imagine ahora su empresa con equipos que se organicen verdaderamente a sí mismos. Ya existen empresas autónomas y descentralizadas (Scott, 2016). Con sistemas de gobierno compartidos y con costes de administración central ridículos. Le recuerdo que en Europa los costes de las centrales suponen el 12%. Y que desde el 2008 (Hammel, 2019) los costes de la burocracia han incrementado un 84%.

Imagine su empresa simulada. Una réplica fiable de su propia organización donde pueda simular todo tipo de inversiones y costes. De movimientos de su organización. Un espacio virtual, 3D donde podamos contrastar la fiabilidad de nuestros encargos, de nuestros diseños de productos o de nuestras selecciones de personal. Donde podamos resolver conflictos antes de que aparezcan o entrenar nuestras habilidades comerciales.

Trate de replicar el futuro de la red en su organización en términos de protección de datos. Cuantificar y predecir el rendimiento está a la vuelta de la esquina. Ya utilizamos desde Delegate sistemas que lo permiten hacer pero honestamente, están aún muy lejos. Aquí hablo de una total monitorización en tiempo real de nuestras habilidades – físicas y virtuales -. Un avatar completamente dibujado en un CV identitario. Estos datos sobre mis competencias, mis talentos, mis formaciones e incluso mis logros y fracasos conformarán un conglomerado de datos fácilmente movibles de una empresa a otra. No como ocurre ahora.

Será importante entonces proteger nuestro conocimiento en términos de patentes, licencias creando unos identificadores más allá de las leyes locales. Donde la comunicación esté bajo unos códigos no tan pirateables o interpretables como ahora. Mire por ejemplo su inbox ahora mismo, su agenda de papel o su gestor de proyectos donde almacena ingente información desordenada y fácilmente accesible por un tercero.

Los límites de la empresa serán distintos. Más desdibujados. No estará claro qué es y qué no es la empresa ¿Su cultura? Para ello nos ayudarán los contratos inteligentes que agilizan las relaciones internas y externas de la organización. Y que también reducen radicalmente los costes internos. Es, en letras mayúsculas, la confianza del futuro. Los directivos se van a plantear muy seriamente las transacciones comerciales. Con tratos más variados, más rápidos. Coordinando más proyectos y obteniendo mayores rentabilidades. Y eso con cero morosidad.

Principios esenciales de empresas prósperas

Todas estas ideas me llevan a trabajar con mis clientes sobre una serie de principios esenciales para crear una empresa avanzada:

  • Principio del acuerdo. Menos mediadores, menos interlocutores. Organigramas planos. Equipos más en red. La intermediación no será necesaria salvo por alta competencia de los profesionales, evitando procesos innecesarios que solo sostienen puestos no necesarios.
  • Principio del reparto de poder. Las personas funcionan mejor cuando todo funciona mejor para todos. La empresa avanzada se apoya en la prosperidad y progreso común. Una distribución de riqueza justa y proporcional. Y pública.
  • Principio de la seguridad. Entendida como la privacidad y la monetización de los datos. La información ordenada, medida proporcionará garantías. La democratización no implica invasión. Nuestros datos serán nuestros. Podremos conocerlos en todo momento, venderlos al mejor postor con garantías de invulnerabilidad. Sin que nuestra reputación ni nuestra privacidad quede dañada.

La prosperidad de nuestra sociedad no es una opción. Es una responsabilidad inherente a la organización. El progreso humano y empresarial son un ente indivisible. Invito al lector a ser parte activa y movilizadora de esta revolución en la forma de gestionar las empresas.

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